LVBP / El camino al título

jueves, 13 de diciembre de 2007

Opinión / LVBP

Larga travesía
Federico Rojas Martínez
lunes, 10 de diciembre de 2007

Tres semanas, 16 compromisos y casi cuatro mil kilómetros de recorrido, reflejan el pronóstico general de la recta final para los Leones del Caracas. En palabras más simples, el panorama visible. Esto sin entrar en detalles acerca del grado de dificultad de los días que definen quién queda y quién sigue.

Con la tabla clasificatoria apretada, los capitalinos tendrán que transitar por un arduo camino, para buscar el impulso que los meta de lleno entre los cinco primeros.

De los 16 choques pendientes, diez serán en la carretera y siete de esos se reparten en las plazas de los extremos laterales de la Lvbp: Maracaibo y Porlamar, por lo que el recorrido de la plantilla conllevará a un desgaste inevitable.

En lo que va de zafra, Caracas ganó seis y perdió 15 en la carretera, y frente a las Águilas tiene la serie igualada a un juego, por lo que el trajín parece más impactante. Entre el 19 y 29 de diciembre, viajarán dos veces a la capital zuliana. Desde el lunes 10 hasta el domingo 23, los selváticos disputarán 12 partidos, siete de ellos fuera de casa.

Si bien la décima semana implica casi una estadía en la capital, a excepción de una visita a Cardenales y otra a Tigres, la próxima semana iniciarán su travesía por el oriente y el occidente, para encarar dos veces a los rapaces y tres más a la tropa insular. Un lapso crítico para los dirigidos por Carlos Hernández, que tendrán que sumar en positivo para mantenerse en la pelea antes de la semana final.

Pero primero fue sábado que domingo y primero también serán dos disputas frente a Magallanes, las dos últimas veces que los eternos rivales se verán las caras en 2007. ¿Se medirán en enero? Pues, sin duda que enfrentamientos de esta magnitud, en lo que a contexto y ánimo se refiere, podría desatar un revulsivo sobre cualquiera de estos dos conjuntos. Serán dos batallas que pueden cambiar la historia y romper con la paridad de la tabla. Si dividen; todo igual. Quien gane ambos, quedaría muy bien parado, porque más que dos resultados positivos, dicha faena serviría de estímulo, ya que los dos quieren terminar de meterse en la pelea.

El 10 de diciembre de 2006, Caracas registraba 22 triunfos y 25 derrotas, su clasificación todavía estaba en juego y tenía que recorrer 3000 kilómetros para definirlo. Esta vez, transitará unos 3700 y dirá si estará o no, en enero.
En caliente
- Desde el último desliz, en el que perdieron cuatro veces seguidas entre 14 y 17 de noviembre, Caracas tiene marca de 11-5.
- La figura de la semana fue el estadounidense Brian Slocum, quien trabajó un blanqueo de 6.1 episodios de un imparable (infieldhit de Endy Chávez). Le han hecho una carrera en 9.1 entradas.
- La última vez que el Caracas estuvo en la clasificación fue el 16 de octubre. En ese entonces figuraba en el quinto lugar, igualado con Tigres y Bravos.

FACTOR SUBERO – Carlos Subero se instaló como timonel de Tiburones y ya el cambio de ambiente es notable. Los resultados lo han respaldado y la recompactación parece un hecho. Ahora se percibe que faltaba un clima distendido y con Viñas esto se había estancado.

Desde que llegó el caraqueño, los escualos ganaron cinco de siete, prueba del efectivo rendimiento colectivo, que durante la novena semana promedió .298 en cinco partidos, con 3.00 de efectividad global y cuatro errores a la defensiva. Una mejoría que los ubicó a medio juego de la clasificación. De aquí a siete días, habrán novedades.

Opinión / LVBP

Por la resurrección
Federico Rojas Martínez
martes, 04 de diciembre de 2007

Mientras los electores venezolanos definían sus respectivas posturas ante el proyecto de reforma constitucional, los Tiburones de La Guaira vivían un nuevo proceso de transición. Esta vez, o mejor dicho, nuevamente un caso de cambio dirigencial.

Con cuatro caídas en la última semana de noviembre, los escualos vieron como su desempeño terminó de resbalar hasta perder casi toda su efectividad, al punto de ubicarse en el sótano de la tabla clasificatoria, con resultados que también generaron la caída de su estratega original para la presente contienda, Julio Viñas, quien como es común en estos casos, cargó con toda la responsabilidad.

Los resultados le valieron el despido al técnico de origen cubano, pero esto no significó una descalificación por la labor realizada, o al menos eso nos hizo entender el gerente deportivo del equipo, Antonio José Herrera, quien reconoció la entrega de Viñas.

“La directiva reconoce el esfuerzo de Julio Viñas, que se materializó en un buen rendimiento del equipo hasta el 12 de noviembre, cuando Tiburones logró ascender hasta el segundo lugar de la tabla de posiciones”, una acotación que confirma el monitoreo exacto que tenía la gerencia litoralense sobre la labor del estratega.

Pero más allá de los cuatro reveses finales de noviembre, la gota que derramó el vaso de paciencia de la directiva fueron las nueve derrotas en 11 compromisos que sumó la divisa, muchas de ellas con amplia desventaja en la pizarra. Unos números que bastaron para que, otra vez, Carlos Subero apareciera en escena, ahora para asumir desde la recta final de la ronda regular.

Y es que la decisión de contratar a Subero tiene como finalidad principal, reordenar al plantel que parece haber perdido la brújula, con un dirigente que, si bien tenía mucho contacto con los jugadores, carecía de mano dura ante la actitud de varios de ellos. Un indicativo de la falta de experiencia de Viñas, al menos en lo que a dirigir un conjunto de béisbol se refiere y destacando el ambiente liberal que reina en el clubhouse derecho del parque de la Ciudad Universitaria.

Lo cierto es que, pese a los resultados y a tan solo una buena semana para regresar a la pelea, es dificil comprender una medida tan drástica como esta, cuando los escualos figuran a tan sólo dos juegos y medio de la clasificación.

Ahora, cierto es también que la paciencia del guairista tiene un límite más piadoso que la de otros, por la sed de títulos que tiene la divisa, que no logra un resultado global positivo desde hace 21 años. Un detallito.

La llegada de Subero, que no es tan extraña, es tan propicia como la navidad para los venezolanos. Sirve para calmar las aguas turbulentas por las que transitaba el tiburón hambriento, ese que busca alimento enfrentando cualquier adversidad y que, en este caso, precisa de una serie de nutrientes que le regresen esa vitalidad que tuvo o al menos aparentó durante la primera mitad de zafra.

Pero, ¿por qué Subero?, pues simple y llanamente por sus antecedentes como antigua ficha del club, porque conoce a varios de los miembros del róster actual, por su experiencia en éste tipo de situaciones, –recordamos Leones del Caracas 2005-2006 – y por si fuera poco, por su relación con Oswaldo Guillén, quien hace un par de meses lo recomendó para dirigir la sucursal doble-A de los Medias Blancas de Chicago.

“Hacía falta un cambio y lo hicimos [...] Él conoce la Liga y es un buen mánager. Nos puede ayudar mucho. Además sabe como jugar con los muchachos”, también dijo Herrera acerca del nuevo timonel, el noveno piloto de los litoralenses en las últimas cuatro campañas.

Aunque está al tanto de las circunstancias, Subero ha sido claro en su exposición. "No vengo a jugar a ser el salvador. La fanaticada no se merece que la engañemos".

Con el regreso de Alex Sánchez y Max Ramírez, el estratega cuenta con un plantel sólido que hasta antes de su llegada justificaba su caída libre con la segunda peor efectividad de la Lvbp (4.13) y el liderato en boletos otorgados con 158 en casi 360 episodios, cifras que también generaron la salida del instructor de lanzadores, Roberto Espinoza.

Además, si el pitcheo es una incógnita, la ofensiva no se queda atrás, siendo esta la peor del circuito, al sonar colectivamente para un pobre .242, con sólo 143 carreras y un paupérrimo porcentaje de embasado de .331. Guarismos que, sin duda, reflejan el flojo rendimiento de una de las tradicionales divisas del béisbol profesional venezolano.

Ahora, Subero tendrá que aplicar la misma fórmula que experimentó con los melenudos hace dos contiendas: una mezcla cautelosa de talento con experiencia y un manejo prolijo de las situaciones de juego, algo que para Viñas fue casi una tarea imposible, pero que para esta opción podría resultar en el significado de la raíz del dogma de su nuevo dirigente: buenas nuevas.

Los datos
-Cuando rescató lo que hizo Omar Malavé(21-22) con los Leones en la 2005-2006, Subero ganó 14 de 19 y armó de guáramo a los capitalinos hasta que salieron campeones de la Lvbp y de la Serie del Caribes Maracay-Valencia.
- De por vida, en tres campañas como dirigente en la Lvbp, el caraqueño de 35 años de edad tiene marca de 36-44. Todo con el Caracas.
- En siete años como estratega en las filiales de los Vigilantes de Texas, Subero registra 324 triunfos y 342 reveses.

Opinión / LVBP

Leve entonación
Federico Rojas Martínez
lunes, 26 de noviembre de 2007

Amaneció otra vez y Caracas todavía está en el sótano de la tabla clasificatoria de la presente contienda. Con cuatro triunfos y dos derrotas en la séptima semana, los capitalinos mejoraron su marca y hasta alcanzaron las quince victorias, aunque ello no implicó una mejoría en la tabla clasificatoria.

Aquel abanico de virtudes, trabado por la falta de compenetración, pareció alcanzar el mínimo desempeño que se exige en la actual Lvbp para alcanzar los triunfos con mayor regularidad. Solo que esa disposición no le basta al Caracas, que tiene que sumar victorias en racha para escalar hasta los puestos de postemporada.

¿Qué marcó la mejoría?, el sólido trabajo de los lanzadores. Destacando al cuerpo de relevistas, que ganó tres de las cuatro decisiones triunfales. Los zulianos Edwin Moreno y Carlos Bohórquez se combinaron para 3-0 con 2.90 de efectividad y cinco ponches.

Bohórquez se las arregló para dominar a los contrarios con batazos por el piso, pero también mostró su descontrol, al regalar hasta cinco pasaportes en igual número de entradas.

Los bates también respondieron, promediando .285 entre los seis partidos, pero siempre fueron los mismos. Entre Castillo y Maldonado quedó el peso ofensivo de una alineación que seguirá modificándose, por la próxima salida de Omar Vizquel y la llegada de Bob Abreu.

La línea central, compuesta por Maldonado, Scutaro, Vizquel y Gutiérrez solventó algunos problemas defensivos. Además, Castillo jugando en el bosque izquierdo, fue artífice de varias maniobras defensivas que salvaron a los felinos ante Aragua y Anzoátegui.

Con el pitcheo abridor casi establecido, el bullpen en contínua evolución y la ofensiva entonando a media máquina, al timonel Hernández le resta definir el tema defensivo, donde surge otro abanico. Éste, de alternativas.

Con Henry Blanco detrás del plato se pierde en el aspecto ofensivo, pero la solvencia defensiva y la jerarquía valorizan las oportunidades del capitán melenudo. Con Maldonado el tema es diferente. Tiene 12 partidos consecutivos con al menos un imparable y desde que se sumó a los Leones batea para .511(47-24), con cinco remolques. Mérito suficiente como para inclinarse por el marabino. Como dicen por allí: “El que batea, juega”.

En la séptima semana, las cuatro victorias que sumaron los pupilos de Hernández tuvieron a la ofensiva como elemento particular. Una herramienta que sirvió para iniciar arriba en la pizarra en tres de sus cuatro victorias y que rindió frutos en el partido que dio vuelta, el pasado viernes ante Caribes, en un choque que perdían por cuatro.

Entre los cuatro triunfos, los capitalinos promediaron más de siete carreras por partido y un promedio de .345 (145-50), mientras que en las dos caídas, la ofensiva ligó para un pobre .145, con una carrera producida.

El pitcheo mostró mejorías con la presencia de José Ascanio y de Edwin Moreno, pero más allá de ellos, destacó el trabajo de José Santiago, quien pareció un abridor en labores de relevo de emergencia. Deducimos que por lo pronto, el rol del boricua es circunstancial, pero no podríamos descartar una tentativa oportunidad como iniciador. Claro, después del nuevo experimento que emplearán los melenudos, al incluir a Brian Slocum en la rotación. El estadounidense que integra el roster en el puesto de Drew Macías.

Santiago ha sido claro en sus intenciones o al menos eso expresó en su primera cita con la prensa. “Trato de atacar la zona baja del plato, con la sinker”, dijo en referencia a su herramiento principal.

“Vine a ayudar al equipo. Dónde me pongan, estaré. Vine a trabajar para meter al equipo en los playoff”, añadió el derecho de 34 años.

El cuerpo técnico quedó satisfecho con la actuación de Eric Cyr, el pasado 20 de noviembre ante los Tigres, en Maracay. El zurdo trabajó siete entradas en las que permitió tres imparables y otorgó un solo pasaporte.

La destacada labor del zurdo, que fue distinguida con su primer laurel de la zafra, lo ratifica en el orden de abridores, aunque cabe destacar que en los últimos días presentó molestias en la espalda, por lo que sus próximas presentaciones dependerán de su estabilidad física.

El tema de la rotación podría terminar de esclarecerse con el último paso de Juan Carlos Gutiérrez, quien está a punto de recibir el permiso de los Astros de Houston para entrar en acción.

SE VA VIZQUEL – No es nada extraño porque se supo desde un principio: Vizquel jugará hasta el 29 de noviembre. Ni más ni menos, y más que salir de acción, es el fin de su legado en el campocorto de los Leones, una etiqueta que alguna vez tuvo Alex González, aunque éste no le dio continuidad desde que se estableció en las mayores. Una situación similar a la que vivió el propio Vizquel, cuando daba sus primeros pasos en las mayores.

Ante su salida, el reemplazo es Gregorio Petit. Justa decisión para un joven que acaba de ser incluído en el róster de 40 de los Atléticos de Oakland.

CASO LISSON – Los costosos errores defensivos del novel Mario Lisson tienen al estratega Carlos Hernández y a su cuerpo técnico, en una inquietud interminable.

Desde que el antesalista paró de batear no existe argumento alguno que justifique su presencia a diario. Si bien le ha respondido en momentos importantes a la confianza del estratega guayanés, Lisson ha disminuido su aporte con el madero, al punto de ligar para .156 en los últimos 10 partidos, producto de cinco imparables en 32 apariciones, entre las que incluye nueve ponches. Una clara muestra de irregularidad, que junto a la presencia de José Castillo, Alejandro Prieto y Marco Yépez hace más evidente una modificación casi obligada en la defensa de la tercera almohadilla, para terminar de compactar el cuadro interior y el aspecto defensivo.

Son varias las opciones que tiene Hernández. Por ejemplo, Castillo podría bajar a la antesala y César Quintero ocupar el jardín izquierdo. O el mismo Prieto, que estuvo firme en la cobertura de la esquina caliente durante el único partido que abrió en la semana.

Pese a las dudas, los números arrojan que en los seis compromisos, el Caracas estuvo impecable con el guante. Casi a la perfección. Casualmente, las dos únicas pifias que cometieron al campo, fue una desatención de Lisson ante Bravos, que sirvió la escena para que Miguel Montero los sentenciara en el Universitario, el pasado 22 de noviembre y una jugada fortuita que Scutaro no pudo manejar ante Caribes, en el revés del 24.

INSÓLITO El tema de la logística es uno de los aspectos que desvirtua el tema beisbolístico en la Lvbp.

En las últimas dos semanas se suscitaron dos escenas que alteraron la rutina de los jugadores: Tiburones tuvo un percance con el traslado de sus jugadores y, Stephen Randolph, abridor del primero de la serie entre Tiburones y Caribes, escenificada en Puerto La Cruz, arribó al Alfonso “Chico” Carrasquel, pasadas las seis de la tarde.

Un caso parecido vivieron Navegantes del Magallanes y Bravos de Margarita, que debieron retrasar una hora su compromiso del sábado por el retraso del vuelo Charter que los trasladó a la Isla.

Es cierto que la dinámica de los viajes se modificó con el cambio de sede, pero se deben tomar las máximas previsiones para evitar estas escenas, que principalmanete afecta el desempeño de los peloteros.

Entrando a la octava semana, Caracas debe jugar 26 veces más y si las tendencias de clasificación no han sido alteradas, los capitalinos tendrían que ganar al menos 15 de esas 26 disputas. Aún así, con todas las irregularidades, Caracas está a solo dos juegos y medio de la clasificación. Una muestra de lo insólito que es el béisbol, una distinción que le da ese gusto a la pelota. Y más a la nuestra, que de por si lleva el picante en su esencia.

Los abucheados de la semana
Carlos Hernández (tercera semana corrida)
Jorge Julio Tapia (quiso justificar su salida en las sentencias del principal Dario Rivero)

Opinión / LVBP

Ni lo uno, ni lo otro
Federico Rojas Martínez
lunes, 19 de noviembre de 2007

Pasaron siete días y la condición de los Leones del Caracas continúa crítica. Ahora, aun más delicada, luego de sumar cuatro derrotas durante la sexta semana para así totalizar 20 en lo que va de campaña. Una cifra llamativa para una divisa que volvió a iniciar una temporada con el favoritismo de campeón.

Cuando no estaban los hombres del madero, apenas ganaron ocho de 24 compromisos y ahora, con la presencia de Marco Scutaro y Alex Cabrera, los capitalinos sintieron el efecto opuesto al esperado por elfortalecimiento de su ofensiva, el punto más débil de los melenudos en las primeras de cambio. Desde la llegada de ambos toleteros, Caracas ganó tres y perdió cuatro. Une leve mejoría que no tuvo ningún impacto positivo en el posicionamiento de los felinos.

La previa justificación que tenían los capitalinos ante la ausencia de las figuras de renombre, dejó al mánager Carlos Hernández con una sola respuesta o razón de ser de la situación actual. Crítica, pero manejable. Al estratega solo le resta pensar en que el motivo de las irregularidades de la primera mitad de zafra, se deben a la falta de compenetración del bateo con el pitcheo y la defensa. No le sale nada a Hernández. Ni lo uno, ni lo otro, mientras el público lo abuchea y ya hasta corea el “Y va a caer...”, en una versión personalizada por la afición de los capitalinos.

Y es que si el equipo despertó ofensivamente, ligando para .271 (166-45) en la sexta semana, consiguió solvencia en la línea central con la presencia de Vizquel y Scutaro, fortaleció el cuerpo de relevistas con la llegada de Ascanio y Sánchez y recibió hasta la visita y casi incorporación de Franklin Gutiérrez, ¿por qué tan flojos resultados?. Ocurre o mejor dicho, se me ocurre que los Leones siguieron en el foso de la tabla clasificatoria por la falta de compaginación de cada una de esas tareas y por la no consolidación de la rotación de abridores.

Del 12 al 18 de noviembre, los melenudos vivieron sus peores momentos, al caer cuatro veces corridas pese a promediar casi cinco carreras por juego. Un aspecto a destacar en el inconsistente desempeño ofensivo de los melenudos.

Hagamos un breve recuento de las jornadas para evaluar con más precisión. Luego de triunfar ante Magallanes y Caribes para cerrar la quinta semana, Caracas descansó por dos días, al menos en lo que a actividad del calendario se refiere.

Con nuevos aires en el clubhouse, todo indicaba que los de Hernández habían encontrado la fórmula para levantar cabeza, algo que para el comienzo de la séptima semana continúa siendo una incógnita.

DEFENSIVAMENTE HABLANDO - El 14 recibieron a las Águilas del Zulia y, pese a conectar 12 imparables, cometieron tres errores defensivos que le bastaron a los rápaces para catapultarse al triunfo.

Al día siguiente, Magallanes le hizo siete en una entrada, le ganó la serie particular y los congeló para la serie con Cardenales. Ese día, Lisson volvió a errar ante un batazo por sus predios que mantuvo viva la amenaza y posterior bombardeo de los eléctricos. También, en contraparte, la ofensiva respondió con 11 incogibles y ocho rayitas. El pitcheo no rindió. Ni Cyr, ni Carvajal, ni Bohórquez pudieron con la lluvia de batazos de la Nave.

Fríos y anímicamente en colapso, el plantel regresó a Caracas para encarar a los pájaros rojos, que llegaban con dos triunfos corridos para una serie de tres en el Universitario.

BATES AL REFRIGERADOR- El viernes, Mike Gallo superó la labor de Ben Fritz y así los crepusculares consiguieron su tercer triunfo al hilo. Esa vez, los Leones no fueron contundentes con el madero al pisar el plato en dos oportunidades aunque ligaron nueve incogibles.

En el segundo duelo, la ofensiva fue la que no rindió. Giussepe Norrito lanzó seis entradas de dos carreras y cinco ponches, pero los bates capitalinos ligaron dos imparables en 28 viajes al plato. Más que deficiente, pero cabe destacar la labor del abridor Sean White, quien se encargó de silenciar a los pupilos de Hernández durante más de siete entradas.

Pese a los cuatro reveses en fila, la gente acudió al Universitario para el último de la serie y un silencio tenso reflejaba la crisis actual, justo después de que los visitantes anotaron dos en el primer acto. Esta vez parecía que era el pitcheo. El estadounidense Brad Knox abrió por los melenudos y completó cinco buenos episodios que solo se vieron opacados por los cinco boletos que regaló. Un indicativo de las deficiencias del cuerpo de lanzadores. Sin embargo, Knox contó con el respaldo ofensivo y sobre todo, con la capacidad de reacción que tuvieron sus compañeros para conseguir la primera victoria desde el domingo anterior. Con 11 cohetes y ocho carreras tomaron algo de aire.

Fuera del refrigerador está unicamente el madero de José Castillo, quien ligó nueve inatrapables en 19 turnos durante la semana. Incluyó tres dobles, un cuadrangular, cuatro anotadas y ocho carreras remolcadas. Se ha visto favorecido por la presencia de Alex Cabrera delante de él, viendo pitcheos y trabajando más los turnos. También resalta la actuación de Carlos Maldonado, quien no ha parado de chocar la pelota. En la semana despachó 11 imparables en 19 turnos. Así hasta de designado salió a rendir el marabino.

LA INTOLERANCIA – Es muy claro. Lo que vivimos en nuestra sociedad no es solo un tema de la vida cotidiana. Es una cuestión que se inmiscuyó hasta en el desahogo del venezolano. La intolerancia. Es cierto, como claro, que cada fanático es un mánager de tribuna, pero cuando un equipo no rinde como se espera, siempre aparecen las reflexiones más especializadas. Muchas sin argumentos, pero otras con el sentido que mejor se adapta al caso.

Actualmente, el Caracas rememora sus últimas experiencas con los mánagers. Malavé hace dos años, Subero después. Esa falta de continuidad que hace pensar que cualquiera se sienta en el dugout de tercera. Hoy en día no hace falta esperar una pita de la afición caraquista hacia el timonel Carlos Hernández. Con solo intercambiar palabras con un fanático de los melenudos basta para enterarse de los motivos de descontento.

Conversando con Jorge Meza, quien se considera uno de los fanáticos más críticos de los Leones, noté que el descontento va más allá de las diferencias. Implica un análisis propio de los aficionados más constructivos en lo que a examinar respecta.

“Cómo es posible que en estas circunstancias y perdiendo por una después de estar ganando por seis, no haya mandado el toque de pelota”, dijo Meza con respecto al juego que Caracas ganaba 8-2 ante Magallanes y que terminó perdiendo 9-8.

Por ejemplo, Jesús Cabrera, otro aficionado del Caracas, plantea que la situación decisiva del Leones-Tiburones, que liquidó Ronald Acuña en el noveno acto, pudo tener una historia otra historia.

Cabrera reseña que con dos fuera y corredores en segunda y tercera, el timonel de los felinos debió mandar las cuatro malas para Acuña para lanzarle a Javier Colina, quien no tenía continuidad y era más vulnerable que el varguense. Y cuestiona: “No había una alternativa más justa que esa. Igual perdíamos con la de tercera. Por qué si el equipo anda mal, juega tan agresivo”.

Más que cuestionar, Cabrera critica las decisiones de un estratega que está ratificado en su puesto por la directiva del club, aunque la afición siempre quiere meter presión y más la suya, exigente y que en ciertos focos llega a ser hasta malagradecida.

Dentro de todo este alboroto, Caracas mira de lejos hasta el último puesto de clasificación. A cuatro juegos y con una semana pesadita: tres veces ante el líder, Caribes, dos de ellas en Puerto La Cruz. Por ahora, se aprovechan de las irregularidades de sus contrincantes, que tampoco son inalcanzables.

Desde la selva:
El japonés Hideo Nomo fue enviado a la Liga Paralela para recuperar actividad.
Franklin Gutiérrez se incorporaría en el transcurso de la semana.
Jairo Ramos fue firmado por los Leones.
Mario Lisson tiene dos hits en sus últimos 16 turnos.